TOMA 1: Ser profesora de ELE

Inicio este blog y lo primero que me pasa por la mente es: qué bien es tener una asignatura en la que siento tranquilidad y me permite analizar mi yo como docente en formación, en especial para quienes  venimos de otro mundo profesional.

Debo confesar que en este momento en que estoy realizando la práctica me siento como una malabarista, tratando de llevar todos los elementos que he aprendido en el máster al aula virtual. A veces estoy muy agobiada, en otras ocasiones todo funciona de maravilla, y otras veces siento un nudo en el estómago al ver la cara sin expresión del estudiante.

A pesar de estas vicisitudes que son gajes del oficio, continuo dinámica y con entusiasmo, hay una pequeña llama en mi interior que es mi motor cada día, y me siento completa. 

 Me resulta curioso que de joven, estuve en negación con la profesión a razón de malas experiencias con los profesores, sin embargo estos malos recuerdos me hacen ver lo que no quiere ser. Así también, he reflexionado sobre el momento en que tenía que elegir una carrera en la universidad,  yo quería ser muchas cosas: ser escritora, fotógrafa, diseñadora, arqueóloga. Pero también, viajar por todo el mundo (aún lo quiero hacer). No obstante, el hilo que unía a todas estas profesiones era la creatividad.

Ahora bien, en este proceso de exploración y aprendizaje sobre cómo ser profesora de ELE, resalto que es ser un poquito de todo, tal cual la infografía: “La receta del buen profesor ELE”. Pero sí debo destacar algún aspecto, personalmente opino que una de mis misiones es incentivar la curiosidad y reflexión de mis alumnos respecto a su proceso de aprendizaje y poder transmitirles tranquilidad, que no se sientan abrumados porque no conectan al 100% con algún tema de la clase ya que todos aprendemos de distintas maneras, tiempos, y es que el concepto de aprendizaje abarca cuestiones innumerables...

 En fin, sé que a lo largo del camino iré descubriendo y reflexionando sobre la profesión y sus tantas dimensiones. Por lo pronto me motiva la idea de crear una escuela de ELE en Panamá.

 


Yo y el español. Imagen sacada de las redes sociales.


 

Comentarios

  1. ¡Hola, Keren! La verdad que coincido contigo en lo necesario que es reflexionar sobre la docencia. A veces es un camino bastante difícil y puede llegar a desanimarte y hacer que te plantees si realmente es o no lo tuyo. ¡Pero siempre nos quedará el humor para tomarnos las cosas desde una perspectiva menos seria y seguir fuertes en el camino!

    Gracias por tus reflexiones.
    Un saludo.

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  2. Hola Karen,
    Me ha gustado mucho la entrada que has compartido. Deseo de todo corazón que te vaya bien en este proyecto que acabas de emprender, el de profesora de ELE y por supuesto, que puedas crear esa escuela en Panamá :)
    Efectivamente y como has comentado, incentivar la reflexión de nuestros alumnos y hacer que se enamoren de la lengua española, es fundamental. Además, creo que como docentes de una lengua extranjero, no nos limitamos solamente a enseñar el idioma, sino que todo una cultura.
    ¡Ánimo y suerte!
    Un saludo,
    Souadou

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